Todo empezó
un dia que ya no me quedaba cómodo el último pantalón que me había comprado,
que casualmente era el único que me entraba.
Revisé mi
cartilla y enseguida saqué turno con la Nutricionista mas
cercana a mi domicilio.
Llegó el día,
y realmente no fue fácil, mi cuerpo se resistía, se resistía tanto que no solo
me bajé mal del colectivo sinó que había anotado mal la dirección, a pesar de
todas éstas trabas que me estaba poniendo el destino llegué.
Me siento,
me llama, y ahí estaba ella, la HIJA DE
PUTA pesaba 17 kilos, no mas, tenia un paquete de tostadas Light a su costado,
una balanza al otro costado, y yo toda gorda entrando a contarle mi historia,
mientras ella me hablaba de las propiedades de las verduras yo me preguntaba “Habrá un Mc´Donalds cerca?”
Muy simpática
ella, pero Nutricionista y eso para mi es excluyente, no podría ser amiga de
una nutricionista, tendrán amigas las nutricionistas? Lo dudo seriamente.
Salí de la
consulta ya malhumorada mas allá de que sabía que iba a dejar pasar todo el fin
de semana y ahí empezaría la dieta.
(Para no
decir Nutricionista a partir de ahora la voy a mencionar como “la hdp”)
Llegué a
casa y la muy hdp me había mandado un mail con su plan alimenticio y un montón
de otras porongas que solo a ella le importan.
Si hay algo
que me molesta de las “hdp” es que crean que dándote Gelatina ilimitada te están
premiando o te están haciendo feliz.
El plan
alimenticio es como para irritarte al punto de que le desees el mal a ella y a
toda su familia, pero ATENCION!! Si te “tentas mucho” podes comer una TITA o UN
CHUPETIN (¿) Tenés que ser muy hija de puta para escribir eso, la imagino en el
momento que lo escribió, toda vestida de rojo, riéndose como Maria Elena
Fuseneco.
Si me
tiento te rayo todo el auto forra de mierda.
Continuará
a medida que pasen los días del maravilloso plan alimenticio…