Pasaron 14
días, 2 kilos menos, menos paciencia, menos tolerancia, menos amigos, menos
proyectos, menos ganas de vivir.
Me compré
una cinta para correr, porque la hija de puta no solo no me deja comer una
empanada sinó que pretende que haga ejercicios, 2 días me funcionó, ahora se
para sola, quizás porque tengo mala suerte, o quizás porque alguien del mas allá
no quiere que haga ejercicios, prefiero
tomarlo como una señal, a cambio de eso solo uso los juegos de deporte de la Play, abandoné el
sedentarismo de mi SIM y opté por jugar al tenis (a mi SIM la creé flaca igual)
Comencé a
experimentar un sentimiento no muy agradable por el tomate y la lechuga, si
hasta cambié mis puteadas, pasé de “Sos una puta de mierda” por “sos una
lechuga del orto”
Esto de
medir los almidones, no mezclarlos con la carne, pollo 3 veces por semana,
verduras, no mas de 3 rodajas de zapallo, mucho agua y toda la mierda que tenes
que pensar antes de meterte algo en la boca me tiene las pelotas por el piso.
Mañana
tengo que verla otra vez, por su bien y el de su familia le conviene que
adelgace, por las dudas guardé un cuchillo en la cartera.