Mayormente cuando te volves a casa con lluvia
estuvo todo el día (mientras estabas en la oficina) nublado, con viento amenazante
pero no llovía, ahora bien, se hizo la hora de que vos pongas un pié en la
calle y todas esas amenazas llegaron en forma de lluvia torrencial.
Yo soy de esas personas que nunca está
preparada para la lluvia, me sorprende en tacos, sin campera, sin paraguas,
pantalón blanco, bikini, maquillaje artístico (¿), cartera marrón, pelo
planchada, camisa blanca + corpiño negro, absolutamente todo lo que no tenes
que tener cuando llueve.
Hoy no fue la excepción, zapatos, cartera
marrón, y por supuesto sin paraguas (además llevaba mal humor, que es LETAL
para un día de lluvia)
Cuando salí pensé en que tan malo no iba a
ser, tenia zapatos, pero de charol y campera con capucha, pero bueno, estaba de
mal humor, eso restaba bastante a la travesía que estaba por vivir, y tomo como
“travesía” a los días lluviosos porque desde que aprendí a caminar que me caigo
siempre que llueve.
Los taxis se meten adentro de la tierra cuando
llueve asique no voy a reparar en eso. Caminé cuidadosamente 3 cuadras hasta la
parada del bondi que me deja a 1 cuadra de casa, y digo cuidadosamente porque
los zapatos eran de charol pero se resbalaban en cierto tipo de baldosas, con
lo cual iba rápido en las que podía y más lento en las que no, me sentía
orgullosa de mi manejo de la velocidad.
Me subo al bondi, me equivoco de bondi, porque
no se puede caminar bajo la lluvia con anteojos, me lo tomé con calma y me sentí
agradecida de no haberme subido al camión de la basura, (siempre rápidamente
hay que pensar algo peor como consuelo)
Me bajo a 5 cuadras de mi casa (por supuesto
la lluvia mermó mientras estaba en el bondi y arrancó copiosamente en mi
parada) y empiezo a caminar cuidadosamente entre los obstáculos que te pone la
lluvia cuando tenes zapatos altos.
Llego al edificio, empiezo a subir feliz de
haberle ganado a la tempestad, y me resbalo en el escalón anterior a la puerta
de mi domicilio, me caigo sobre una planta (mi planta) me embarro, se embarra
mi cartera marrón y mi Mariana interior me dice “Otra vez te ganó la lluvia
infeliz”